Abstract
El proyecto EDUCA tiene como objetivo desarrollar herramientas de intervención para prevenir y reducir la sobrecarga del cuidador en personas con enfermedad mental que cursa con dependencia. Basadas en la terapia cognitivo-conductal, integran componentes reconocidos en la literatura científica como son la información de la enfermedad, el entramiento en habilidades de manejo ante problemas de comportamiento, la autoapreciación de la repercusión emocional y las medidas de autocuidado. La literatura acerca de la eficacia de este tipo de intervenciones si bien todavia es contradictoria, las investigaciones con metaanálisis sugieren la eficacia de las intervenciones multicomponentes.
Desde Hermanas hospitalarias llevamos más de 15 años investigando acerca de la sobrecarga del cuidador informal. En el año 2008 se llevó desarrollo la intervención psicoeducativa grupal para la reducción de la sobrecarga del cuidador informal del paciente con demencia (EDUCA-DEM). Posteriormente, en el año 2010 se desarrolló una nueva intervención psicoeducativa orientada a reducir y prevenir la sobrecarga del cuidador del paciente con esquizofrenia (EDUCA-ESQ). En el año 2013, continuando con el trabajo de adaptación, se puso a prueba la herramienta en el ámbito de la discapacidad intelectual (EDUCA-DIS). En la actualidad, los esfuerzos están enfocados a su adapatación en el ámbito del daño cerebral adquirido (EDUCA-DCA). Las intervenciones están manualizadas para el terapeuta y el cuidador y constan de entre 7 y 12 sesiones de 90 minutos de duración. Para evaluar la eficacia de estas intervenciones se han desarrollado estudios multicéntricos controlados y aleatorizados que han sido financiados en varias ocasiones por el Instituto de Salud Carlos III.
El objetivo principal de los estudios consiste en evaluar la eficacia de la administración de un programa de intervención psicosocial (PIP), medida sobre el resultado global de la escala de sobrecarga del cuidador de Zarit. De forma complementaria tenemos como objetivos secundarios evaluar la eficacia de la intervención en cuanto al estado de salud psíquica del cuidador medido con el GHQ-28, estado de ansiedad medido a través de la escala STAI y el estado anímico medido a través de la escala CES-D de depresión.
Metodológicamente para el tratamiento de la muestra se lleva a cabo la aleatorización por clusters de 5 a 15 cuidadores a los que se le asigna al grupo control (GC) o al grupo de intervención (GI). En ambos grupos se realizan 3 visitas de evaluación de resultados: basal, en el momento de finalizar la intervención (4 meses) y 4 meses después de haber finalizado la intervención. Los análisis estadísticos para evaluar la eficacia se realizan mediante análisis por intención de tratar y para casos completos.
La experiencia obtenida en la implantación de dicha intervención y los resultados obtenidos avalan la bondad terapeutica en las variables de sobrecarga, salud mental, ansiedad y depresión del cuidador. Observamos una respuesta diferencia en las distintas poblaciones, que la intensidad del tratamiento es relevante y la importancia de contar también con medidas ecológicas para evaluar la validez de las intervenciones.